¡Qué no te la den con queso! Desde Quesos Lavega, te contamos algunos truquitos de cocina para que puedas disfrutar del sabor del queso al 100%. Como buenos turófilos, sabemos que no vale cualquiera.
Clara-mente una quesería como la nuestra no esta pa´ novatos, así que lo primero que te recomendamos es que ralles el queso tú mismo. Cuando compramos quesos rallados no podemos elegir cuál nos gusta ni tampoco su intensidad. Sin embargo, si lo hacemos nosotros siempre podemos escoger la variedad que nos vuelve locos. Por ejemplo, nos encanta rallar el queso viejo de oveja elaborado con leche cruda y el tierno de mezcla para diferentes menús, sean platos de pasta o una buena pizza. El primero le da el sabor potente y el segundo le aporta la textura del queso derretido que se hace hilo cuando te lo llevas a la boca. Solo de imaginarlo se nos ponen los dientes largos.
Hoy que no estamos pacíficos precisamente también hemos declarado la guerra a los tranchetes y a tantos otros productos que no son 100% queso, pero que se hacen pasar por ello. Si preparamos un sándwich nada mejor que el queso de oveja tierno. Además, no es necesario que el corte sea perfecto porque lo vamos a derretir después.
Otro truquito para la cecina, que nos encanta, es cortarla muy fina y añadirle un chorrito de aceite y queso rallado. ¡Le daremos el toque estrella! Conviene que sea un queso curado o viejo, ya que la cecina es potente y necesita un queso de similar intensidad. También funciona muy bien este truco con el carpaccio, cortándolo muy fino y utilizando un queso que no enmascare el sabor de la carne.
¿Hay veces que tienes queso y no quieres que madure más? Pues aquí va otro. Puedes rallarlo en una bolsa y meterlo al congelador. De esta forma podrás sacarlo e irlo echando en las comidas, ya que durante el proceso de congelación el queso no continúa curando. Eso sí, no te recomiendo que metas una cuña porque la textura que coge tras la congelación no es muy buena, pero al rallarlo y usarlo en la cocina no tendremos ningún problema.